"Soy Maribel y amo mis creaciones"

Maribel es una artesana vocacional. Ya desde niña, en su Caracas natal, se escapaba de las clases de música a las que su madre la llevaba, para "llenarse de barro" en el taller de arte que se encontraba al final del pasillo. Por más que se empeñaran en que aprendiera a tocar el popular cuatro venezolano, lo de Maribel era tocar la arcilla y crear su propio mundo con las figuras que nacían de su desbordante imaginación. 

Con el tiempo consiguió matricularse en la Escuela de Arte y terminó creando su propio negocio como artesana. La profesión la llevó a participar como belenista en Ferias Internacionales y así fue como un buen día llegó a la isla de Tenerife. Cuando la situación se complicó en Venezuela, Maribel decidió asentarse en la isla canaria y empezar de cero. Llegó con cuatro maletas llenas de incertidumbre y esperanza con las que se lanzó de nuevo a conquistar el sueño de poder vivir de su arte. Tuvieron que trascurrir diez años hasta que se le reconoció oficialmente su profesionalidad puesto que no tuvo nada fácil la adquisición de su carnet de artesana. Pero Maribel es incombustible y lo consiguió, aunque ya mucho antes había logrado conquistar el corazón de la gente con sus duendes, sus brujitas, sus ángeles y todos los entrañables personajes que salen de su infinita creatividad y a los que da vida con sus manos, un pedacito de porcelana fría... y todo el amor de su alma.